El canto de las ballenas, con sus suaves y armónicos sonidos, tiene un efecto tranquilizador tanto en las ballenas como en las personas. Estos cantos pueden calmar a los niños, ayudándoles a relajarse y a conciliar el sueño más fácilmente. Incorporar los sonidos de las ballenas en las rutinas diarias o durante el tiempo de descanso puede ser una herramienta eficaz para crear un ambiente sereno y relajante, promoviendo el bienestar emocional y mental de los niños.